jueves, 4 de enero de 2007

1- El viaje.

Hola gente. Hago este diario-blog para qeu pueda compartir mi aventura con todos los amigos que se han alegrado tanto por mí. Iré contando poco a poco, según tenga tiempo, todas las experiencias del viaje.

Contacto: franr6@hotmail.com


Días 29,30 Diciembre 2006. El viaje.

Tras meses de papeleo al fin llego el momento con el que había estado esperando seis meses. “Me voy a Alabama!!!”. En coche hasta Barajas donde estaba mi compañero de viaje, Juande, esperándome en los mostradores de facturación. Allí comenzaba realmente la aventura, pensando que “me iba del pueblo”. Besos a la familia y hasta luego, nos vemos en cuatro meses.









Lo que mas temía en principio era desenvolverme en el aeropuerto, ya que tienes que hacer tres cosas simples a priori: facturación, control de seguridad y embarque.
-La facturación en principio es lo mas fácil: Solo tienes que encontrar en un aeropuerto enorme (Barajas, Gatwick o Atlanta (el mayor del mundo)) con miles de terminales, parkings, accesos… tu mostrador, es decir: una aguja en un pajar.
-Luego tienes que pasar en control de seguridad: Llego a la mesa que hay antes de los policías y veo que una chica se pone a mi lado y se quita primero el abrigo, las botas, el cinturón y ahí es cuando pensé “yo igual que ella hago”. Esa será la regla en general. Eso es lo primero, luego va móvil, portátil, reloj, dinero… y al cruzar el arco se me olvida quitarme la mochila de la espalda y es cuando me dice el poli: “a mi también me pasaría si fuera la primera vez”, o sea, que parecía que llevaba un letrero de “Soy Fran, y no se moverme por un aeropuerto”. Empezamos bien.
-El tercer paso y último es el embarque. Pasas seguridad y te montas en un trenecito que te lleva a la otra punta del aeropuerto. Y una vez en tu terminal pues a buscar tu puerta de embarque entre miles siguiendo letreros. Tengo la TR9, primero donde esta la T, luego la TR, y luego a la 9. Y a esperar que se anuncie finalmente donde sale el vuelo TR9. "Es muy facil hijo, es muy facil."

Por si esto no es poco, además tienes que tener cuidado con los atentados terroristas. Me escapé por 12 horas.

El viaje Madrid-Londres bien, nos dieron un sándwich muy bueno y se hizo corto, supongo que con tanta ilusión se hace corto todo. Tardo sólo 2 horas. En el aterrizaje pasamos un poco de miedo. Yo miraba a Juande y el se asustó mucho y su cara era la que me asustaba a mi. Se movió mucho e hizo giros muy bruscos a muy baja altura, como intentando esquivar farolas. Noche en Gatwick y a dormir a ratos en un sofá ya que el vuelo Londres-Atlanta salía a las 12 de la mañana del día siguiente. Aproveche para ver tiendas, aunque Inglaterra es muy caro, y comprobar como conducen por la izquierda los ingleses. Los aeropuertos son auténticos centros comerciales, tienen muchas tiendas.











El siguiente paso era el vuelo intercontinental. Este es nuestro avión.Al despegar vi el color de Inglaterra, con muchas llanuras verdes. Es bonito. El vuelo son 9 horas y lo peor es el espacio que tienes. Al comer mi codo estaba todo el rato dándole a Juande, menos mal que no me toco junto a mí al negro de dos metros que tenía cerca…
NOTA: En lo sucesivo cuando me refiera a “negro” sobra decir que no es en modo racista de forma despectiva.

Mucho mas “gracioso” es la llegada al aeropuerto de Atalanta. Desde que te bajas tienes que ir corriendo a todos sitios y no eres el único, eso parece una carrera. Hasta una pareja de personas mayores corriendo… Lo primero es pasar inmigración. Te coge un poli con cara de pocos amigos y te revisa la documentación, afortunadamente soy un inmigrante con papeles en regla. Te vas corriendo a por las maletas a las cintas, pensando que ya son tuyas, pero no, vas a la salida en donde un negro enorme nos quita las maletas y las echa por un agujero negro. “¿las volveré a ver?” Y entonces otra vez a pasar seguridad, zapatos fuera, móvil, portátil, cinturón… a toda prisa, el autentico caos. Siguiente paso coger otro tren y al final nos encontramos las maletas afortunadamente. Aún sigo pensando como desde que el negro nos quito las maletas, pase seguridad rápidamente y el tren nos llevo rapidísimo a la otra punta del aeropuerto, llego mi maleta antes que yo. Una locura.

Desde el aeropuerto hasta la estación de autobuses cogemos un metro de superficie. Ahí es cuando me doy cuenta de que estoy en América: fue muy bonito como desde el metro iba viendo los coches típicos americanos, las casas de madera sin muros entre ellas, las carreteras enormes, las gasolineras típicas con sus tiendas dentro y los letreros luminosos, los edificios altos… y los 4 negros peligrosos que se habían puesto a nuestro lado y no dejaba de mirarnos uno. Yo por dentro pensaba: “como se acerque le arreo!!!” Pero tienes que andarte con mucha mano izquierda y paciencia como me decía Juande, o sea: que si me pide el dinero se lo doy.

Ultimo paso del viaje. Autobuses Greyhound. Calles vacías desde la parada del metro hasta la estación de bus y al girar la esquina vemos junto a los autobuses unos cuatro negros con mala pinta, así que decidimos ir corriendo a dentro, nos ponemos en la fila y observo a la persona que tenia delante mía: negro de dos metros y 130 kg, pantalones vaqueros caídos, botas deportivas altas, abrigo de visón amarillo tigre, y gorro con orejeras. Al menos tenía la pinta de buenote. Pero mi sorpresa es girarme a la izquierda y ver que este ejemplar era el menos llamativo de la colección. El cuadro: 90% negros, 5% sudamericanos, 4% blancos, y el 1% éramos nosotros dos… Recuerdo a Juande que me decía: “tu con la mirada perdida y serio”, pero era difícil no poder mirar cada personaje salido de una película de malos: aquellos dos negros enormes saludándose con un juego de manos y chocando sus hombros, al hombre blanco que llevaba sus zapatos anudados por fuera a la bolsa de viaje, a la mujer que preguntaba que autobús era el que le llevaba a una ciudad a miles kilómetros… Al menos en nuestro bus nos tocó lo menos malo de la estación, solo parecía que era un autobús de reclusos. El conductor nos dijo que nuestro viaje era directo y es que allí como la gente que usa estos autobuses son los pobres hacen transbordos para llegar a ciudades a miles de kilómetros porque no tienen para sacar un vuelo. Bonita experiencia la de viajar por una autopista americana, aunque estaba tan cansado que fui dormido. Nos recogió Lourdes y su marido David. Lourdes es española y estudio en Jaén y va a ser quien nos ayude en nuestra estancia aquí. Curioso una vez mas lo de los autobuses, y es que al salir dijo Lourdes: esperadme que voy a echarle un vistazo a ver como es una estación de autobuses. Resulta que en América el que no tiene coche (se mueve en bus) es porque es realmente pobre. David: “son pobres pero tienen una sala de tragaperras, es curioso”.

Nos llevaron a la “Smolian House” que es donde pasaremos los siguientes 4 días hasta el día 3 de Enero que abran la residencia. El viaje acabó con una ducha inolvidable.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Hijo si no tienes exito como Ingeniero, te auguro un buen porvenir como redactor. Animo y sigue escribiendo

David dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
David dijo...

Ansioso de leer la historia de tu primer dia de clase en America, las visitas al campo de beisbol, la primera extra super mega hamburguesa llena de calorias.

Gracias al Blog veremos America a través de tus ojos, así que vive y disfruta por todos nosotros.

I´ll see USA through your eyes.